El yacimiento de pirita
localizado en el municipio riojano de Navajún es con toda seguridad uno de los
mejores afloramientos de este mineral de España, y muy probablemente, a nivel
mundial. En cualquier caso, se trata de un referente para la mineralogía, y
esto es debido a lo extraordinario de ejemplares, sus magníficas dimensiones y,
a la calidad y perfección de sus cristales.
Imagen: «Navajún», el municipio de La Rioja baja en el cual se
halla el criadero.
Imagen: Calle de Abajo. Ésta es la vía por la que se accede al
interior del pueblo desde la carretera. En la localidad viven algo más de una
decena de vecinos.
El yacimiento se halla enclavado
en plena sierra de Alcarama, encaramado en el barranco del Pedregal a unos
1.200 metros de altura, en el Sistema Ibérico. Se encuentra al sureste de la
comunidad autónoma y provincia de La Rioja, Comarca de Cervera.
Imagen. Se puede leer en la placa: «Navajun. Partido de
Cervera. Provincia de Logroño».
Imagen: El Moncayo. Vista desde la pista de acceso a la mina de
esta imponente montaña, techo del Sistema Ibérico con sus 2.314 metros de
altitud.
La denominación de la mina es
«Ampliación a Victoria».
Imagen: Cartel situado a la entrada de la mina. Como puede
comprobarse existe un error; no es «Vitoria», sino «Victoria».
La mena se halla diseminada en
tres capas de lutitas cretácicas. El espesor de cada una de estas capas viene a
ser de unos 2,5 metros; se encuentran inclinadas unos 15º. La primera capa o
nivel inferior es donde la explotación ha sido y es más intensa. El nivel
intermedio también se ha explotado, aunque en menor cuantía. El tercer nivel,
el de mayor altura, permanece en reserva. A excepción, de una galería abierta
en la segunda capa y una incipiente cámara en la primera, la concesión se puede
decir, grosso modo, que está siendo
beneficiada a cielo abierto.
Imagen: La mina. En la fotografía puede apreciarse una ligera
inclinación (buzamiento) —15º— de las capas hacia las entrañas de la sierra. La
capa de color más claro del tajo, situada bajo otra capa de rocas más
competentes, es el nivel inferior (lutitas).
Para poder llegar a comprender
la presencia y las inmejorables características de este yacimiento debemos de
hacer un esfuerzo por intentar asumir las leyes de la naturaleza que han regido
para el caso que nos atañe.
Hace millones de años, al final
del período Jurásico y comienzo del Cretácico, toda esta región se encontraba
en un contexto geológico continental de extensión, consecuencia ésta de la
fragmentación y dispersión de Pangea.
El resultado se concretó para
esta zona en la formación de una depresión del terreno —Cuenca de Cameros, en
la cual se halla Navajún—. Hasta este lugar, llegaban transportados por las
aguas los materiales rocosos —sedimentos— que eran erosionados de los relieves
circundantes. En algunos de estos sedimentos dejaron alguna que otra huella los,
hoy extintos, dinosaurios.
Imagen: Huella de dinosaurio estampada en la roca.
Este proceso, repetido a lo
largo del inconmensurable tiempo geológico, dio lugar a la formación de
estratos sedimentarios en la cuenca, que a causa de su peso ganaban
profundidad, y por tanto, volvía de nuevo a sedimentarse otro nuevo estrato, ya
que antiguos ríos no cesaban de contribuir con nuevos aportes sedimentarios. Al
final se generaron miles de metros de espesor de materiales rocosos. En el seno
de estos sedimentos, con el tiempo y las condiciones geológicas necesarias, se
formará el mineral en cuestión.
La gran profundidad alcanzada
por estas rocas sedimentarias hizo que aumentara en demasía la presión y la
temperatura. Como secuela de esto, a gran profundidad bajo la superficie
terrestre, esos materiales rocosos fueron impregnados por fluidos altamente
calientes y enriquecidos en hierro y azufre.
En definitiva, en el período
Cretácico, hace sobre 100 millones de años, se dieron todos los elementos y en
su justa medida: azufre, hierro, elevada temperatura (del orden de los 350
grados centígrados) y presión…: obró la alquimia terrestre y surgieron millones
de maravillosos ejemplares mineralógicos que la Ciencia ha tenido a bien en
llamar: pirita —su fórmula química está compuesta por un átomo de hierro y dos
de azufre (FeS2)—.
El último período de formación
de montañas que se ha dado y se está dando en la actualidad, la orogenia
Alpina, ha elevado hacia los cielos a todos estos materiales mesozoicos
formando el Sistema Ibérico, y de sus entrañas, las piritas de Navajún.
Así se ha engendrado este
magnífico, soberbio, grandioso,… yacimiento, del que podemos maravillarnos y
disfrutar hoy en día en Navajún.
Estimaciones cifran en un millón
de toneladas de pirita las que se pueden haber formado en la zona. Actualmente,
se están extrayendo a un ritmo de 30 ó 35 toneladas al año.
Imagen: Minero en el tajo.
La pirita aparece tanto en ejemplares
sueltos como en matriz, formando cubos individuales o agrupaciones de dos o más
elementos. De manera mayoritaria adopta cristalizaciones cúbicas. Con escasa
frecuencia en cristales cubo-octaédricos y formas aplanadas y alargadas. Raramente,
tienen las aristas biseladas. Los tamaños median entre el milímetro y los más
de 20 centímetros de arista (si bien son raras las de más de 5 cm). Las caras
de los cristales suelen ser lisas. A veces, los cristales muestran maclas, como por ejemplo en
forma de cruz de hierro.
Imagen: Piritas insertas en su matriz margosa. El agregado de
enormes cristales de pirita se ha fotografiado en el interior de la mina, en el
nivel inferior.
En esta zona de España se conoce
popularmente a la pirita con muy diversos términos: espantalobos, tánabos, pitones,
pisuelos, cantalobos...
Acompañando a la pirita, en el
seno de las lutitas cretácicas, encontramos: clorita (cookeita —cristalizada como
una fina envuelta o película alrededor de cristales de pirita—…), yeso, chamosita, minerales de manganeso…
La cookeita es una
clorita no muy común, rica en litio, cuya fórmula es Al4Li[Si3Al]O10(OH)8.
Es un filosilicato incoloro y transparente. Aparece formando parte de una
asociación mineral, indicando que se ha sufrido metamorfismo de bajo grado.
El dueño de la concesión minera es Pedro Ansorena. Él encarna
la segunda generación de mineros en la familia a cargo de la mina, cuya
actividad la inició su padre en la década de los 60 del pasado siglo XX.
Imagen: Pedro Ansorena. Tanto Pedro como la fiera posaron muy
amablemente delante de las labores de exterior e interior de la mina.
Imagen: El botín. Aquí aparecen todos los ejemplares que se recogieron
en la mina. Todo este impresionante muestrario de piritas se obtuvo en 4 horas
de trabajo.
Imagen: Mi señora, mi niña, lo que venga y mi perra, «piritizadas».
Imagen: Pirita, cookeita, chamosita y marga.
Imagen: Pirita, cookeita, chamosita y marga.
Imagen: Pirita, cookeita, chamosita y marga (colección Isabel
Rubio).
Juan Pedro Rubio
Fuentes consultadas
-
Alonso-Azcárate, J., Rodas, M., Bottrell, S.H., Mas, J.R., 2002. Los
yacimientos de pirita de la Cuenca de Cameros. Zubía Monográfico, núm. 14, pp. 173-190.
- Pilar Mata, M., López-Aguayo, F., 2002. La cookeita asociada
a la pirita de la Cuenca de Cameros: Estudios por microscopía electrónica de
barrido y transmisión. Zubía Monográfico, núm. 14, pp. 155-172.
- Grupo Mineralógico Mulhacén (en especial, las contribuciones
de Nim).